La OMS declaró el fin de la pandemia en su asamblea mundial de 2023, el día 5 de mayo, 1221 días después de la detección de un conglomerado de casos de una enfermedad desconocida en Wuhan, China, finalmente identificada como enfermedad producida por un nuevo coronavirus y denominada "Enfermedad por Coronavirus 2019" (COVID-19).
"La pandemia" habría acumulado para esta fecha un total de casi 7 millones de muertes notificadas, aunque se reconoce por el mismo organismo de las Naciones Unidas que las reporta, que "el número de víctimas es varias veces superior: al menos 20 millones".
Al principio creímos que la pandemia no nos tocaría, luego mucho debimos lamentar. Tal vez vale la pena pedir desde ya a la antropología y la psicología social entre otras profesiones, que comiencen a estudiarnos para saber de dónde viene esa creencia uruguaya de que "no nos tocará", creencia que es tan fuerte que impregna nuestra acción y con ello carentes de falta de prevención, aún cuando todo indica que el peligro es inminente.
La vinculación de la salud con el ambiente no es algo que Uruguay tenga bien aprendido tampoco. Hubo una especie de "curso compulsivo intensivo" al inicio del siglo XXI con la epidemia intoxicación por plomo en niñas y niños de Montevideo, pero parece que no fue suficiente.
Hablamos de epidemia porque estrictamente lo fue en el sentido de una acumulación inusual de casos, no obstante, fue tal porque se hicieron diagnósticos en ese momento nunca realizados antes, no porque el problema emergiera entonces. Simplemente fue que allí comenzó a detectarse, se hizo visible, se empezó a buscar. Se buscó y se encontró. Mucho.
En abril de 2023 el problema del agua "corría" al lado del Covid extendiendo el brazo para tomar el testimonio. Para mayo ya había tomado la posta. La emergencia sanitaria mundial se retiró, la emergencia hídrica local cobró protagonismo.
Nuevamente se tendió a minimizar, a especular, a esperar la lluvia, a menospreciar los efectos nocivos del aumento de Na y Cl en el agua distribuida para consumo humano.
Se siguieron aumentando los niveles máximos admitidos, mientras al mismo tiempo se aumentaba la proporción de agua tomada del Río de la Plata para bombear a la planta potabilizadora de Aguas Corrientes porque el Santa Lucía aparecía cada vez más comprometido. (en otra nota de este blog están las fechas y valores límites modificados)
Este post es para colgar algunos artículos publicados sobre el tema. Una bitácora desordenada.
https://ladiaria.com.uy/le-monde-diplomatique/articulo/2023/6/tratar-al-santa-lucia-como-se-merece/
https://apnews.com/world-news/general-news-7a3e2c02622a48ab650282c72533c3d7
..
No hay comentarios:
Publicar un comentario